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martes, 11 de noviembre de 2014

XIII Edición de la Sortija

 
   Estos son los micros que me llevaron a ser finalista en mi torneo favorito de las Microjustas: la Sortija. Entre paréntesis, la  palabra que debe ser el tema del micro (que es la última del relato precedente en la sortija)



La celadora (arte)
Sacó un bono y acudía al museo cada día para admirar en voz alta las esculturas magistrales, las pinturas maravillosas. Pero por el rabillo del ojo  no perdía detalle de lo bien hechas que estaban sus curvas y lo bien que le sentaba el uniforme.

Killing me softly (piedra)
Estrellé todo mi amor contra su corazón impasible, derramé mi vida a su alrededor sin que se inmutara. Nunca supe decirle que no, a nada, porque una vez me regaló una sonrisa que envenenó para siempre mi alma.

La luz (vida)
Me despido de los murmullos apagados, del relajante baño a temperatura perfecta, del latido tranquilizador que me ha acompañado siempre. Una bofetada de aire, un barullo de sonidos sin tamizar, un contacto hasta ahora desconocido me arranca cruelmente de la placidez. Creo que he llegado a mi destino.

Frases hechas (canutos)
Para demostrarle que mentía, no solo hizo la O con el canuto, sino que llenó el aire de filigranas de humo que representaban todo el abecedario e incluso formaron palabras. Los que supieron leerlas, alucinaron.

Renacimiento (anterior)
La vi cruzar el patio, peligrosamente armada con sus tijeritas escolares. Se detuvo frente a la ropa tendida y comenzó a recortar, con saña, su baby rosa: después se cercenó las trenzas y, con un gesto de triunfo, las lanzó al pozo. Esa tarde se convirtió en mi heroína.

Sin Paula (golpe)
Ella se quedó muda, él se hundió en la miseria. Ambos acabaron destrozados entre rejas: sin vida, sin ilusiones, sin alegrías, atormentados por su ausencia y por el recuerdo de aquella travesura que, aquel día, les  pareció tan intolerable como para merecer un ‘buen castigo’.

Bruja (todos)
El de los ojos dulces arañaba su alma; el rubio de ojos verdes le arrancaba una sonrisa; al gordito de rabo desproporcionado se lo habría comido. No sabía cuál escoger, todos tenían algo que alegraría su corazón. Al final se quedó con el negro por pura tradición.

¿Bombones? (llevar)
Era feliz con su camión de reparto. Fantaseaba con las formas de los paquetes, las caras de los destinatarios, la letra de los remitentes, imaginando vidas ajenas. Pero aquella tarde su profesionalidad se desmoronó, cuando tuvo entre sus manos aquella caja roja que debía entregar a Penélope.

Inseguridad (cae)
Cree que no puede, no sabe que sí. Mira sus piernas, sus brazos, busca el centro de equilibrio y siente pánico porque no encuentra el valor. Los demás gritan. Está en peligro: debe cruzar. Cierra los ojos, da el primer paso, pero después los abre: tiembla y se desploma.

Recursos (voy)
La varita se atascó con tanto hechizo,  incrementando  la impaciencia de la reina y el apuro del hada madrina.
―Ya son las cinco, estúpida―espetó la soberana.
―Lo siento, alteza, olvidé engrasarla con aceite de gusano cojo. Ahora mismo voy a la cocina y caliento el té en el microondas.

Así estoy yo sin ti (Manzanares)
No soy. Mis piernas caminan por mi, mis pulmones respiran por instinto y mi corazón late por inercia. Extraño por la vida, extranjero en mi casa. Lo entendí cuando paseando por la ribera de aquel afluente del Jarama, vi, por tener ojos, un pato despistado.

Gran talento o mínimo esfuerzo (blancos)
Clase de dibujo infantil: María colorea mariposas,  Alicia adorna con flores la escena familiar. El pequeño  Luis mira atentamente su folio en blanco y me lo entrega.
―Es un oso polar camuflado con harina y nata, jugando al escondite  en la nieve―explica sin ningún rubor.

Depredación y supervivencia  (araña)
Con cada ojo vigilaba una pata, con cada pata controlaba una presa, con cada presa aseguraba un mes de manutención. Rompí su trampa por pura maldad disfrazada de interés científico: envidiaba semejante eficiencia. Y ella reconstruyó su imperio sin molestarse en mirarme, trabajando incansable en sus asuntos.

El coleccionista (vitrina)
Rubias, pelirrojas, morenas, lisas, rizadas, cortas, largas: aquella vitrina estaba llena de melenas recolectadas tras largos años de oficio. Cada noche cubría su calva reluciente con una distinta y se sumergía en las venas de la ciudad. Le pilló desprevenido aquel violento ataque de piojos zombis.

Gula (todo)
Sintió el vómito acudiendo a su boca: y lo tragó. Sintió el asco y la naúsea apoderarse de todos sus sentidos: pero continuó. Percibió su intestino repleto, desbordándose: rebañó lo que pudo con pan. Ya había conseguido comérselo todo cuando el estómago le reventó.

Gula 2 (sed)
A pesar de haberle reventado el estómago, bebió cuatro pintas de cerveza: comer siempre le daba sed. Cuando empezó a chorrear líquidos diversos  por todos los orificios del cuerpo decidió cambiar de pecado y desató  una ira inmensa a causa de la traición de sus órganos.

Amistades peligrosas (amistad)
Él era de la tribu de los lanceros; ella, escudera por parte de madre. Conocían al dedillo la historia de Romeo y Julieta pero, entre bambalinas, cuchicheaban juntos para quedar cuando acabaran las justas y se reían de semejante destino. Sin embargo, no supieron eludirlo.


Alérgico (hada)
Aquel año tuve que vacunarme contra sus polvos, porque ya no sabía prescindir de ella. Cualquiera se hubiera rendido a aquella vida mágica y sin complicaciones, en la que todo estaba a mi alcance solo con pedirlo entre estornudos.


Hábitats inhóspitos (día)
Amaneció cubierto de rocío, sin recordar quién era, una vez más. Disfrutó viendo despertar  a las margaritas, escuchando el silencio de los grillos y el canto de los pájaros. Se hubiera quedado allí eternamente, formando parte de ello. Pero cambió de idea en cuanto le picó una  escolopendra.

Perdida (brújula)
Cada mañana del trabajo a casa y vuelta a empezar con la rutina ; desayunos, mochilas, compra, comidas, actividades, meriendas, cenas, cuentos… y a trabajar. Hoy no supe volver a casa y desde la farola, seguí el rastro de la luna hasta el río para encontrar mi norte.

Microorganismos (despreciable)
Como hay que adivinarlos, sospecharlos, presumirlos: son tan pequeños, minúsculos, invisibles, mucha gente no cree en ellos hasta que los padece o hasta que ve sus efectos de cerca, cuando es demasiado tarde. Es entonces cuando lamentan no haber gastado más jabón.

Amor sordo (verso)
Toda ella era poesía, aunque resbalara con las comas, tropezara con los puntos y se le atragantaran las erres. Un pestañeo de sus ojos verdes, un temblor de sus labios rojos, un rizo de su pelo rubio, no precisaban de mares, corales u oro con los que compararlos.

No más (carbón)
Lo tenía todo planeado: solo podía haber un proveedor en el pueblo y era Cecilio, el carbonero. Antes de que llegara la noche fatídica, convertiría su almacén en una enorme barbacoa. Ese año se había esforzado mucho en ser bueno, merecía una bici, cavilaba mientras contaba las cerillas.

Malage (aprobaría)
Había estudiado mil horas para ser el mejor de la clase, aprobarlo todo y que ella se fijara en él y cambiara de favorito. Pero entonces volvió Chipi.

Nobleza obliga (reconocieron)
Llamó a su puerta pidiendo trabajo, desesperado. El hijo fue el encargado de la entrevista y, en cuanto entró al despacho, ambos se reconocieron. Chipi había seguido el camino que todos esperaban; la bestia insana, también. Conmovido, le extendió una nota junto a un cheque al portador.

Sin esperanza (color)
Decían que era daltónico porque no era capaz de ver nada verde; pero en realidad, era una extraña mezcla de inocencia y pesimismo crónico.

Lalalá lariroriro (estribillo)
Fue con la misma ducha bajo la que nos martirizaba cada mañana: se la metí en la boca hasta que ahogué para siempre la cantinela.

Porque ella lo vale (televisiva)
Empieza el día con energía tomando cereales Kellogs con Colacao, que también lo toma en la merienda porque es ideal, y refuerza sus defensas con Actimel. Después se sienta en el sofá a hacer la lista de la compra estudiando  los anuncios con ojo crítico.

Tercer acto, escena patética (calavera)
─Robar o no robar, esa es la cuestión─ declamó, dirigiéndose a la calavera de un obrero muerto de hambre que sostenía en la mano.
Y el público se deshizo en lágrimas de comprensión.

Mirándote (canal)
Imagino una góndola de hielo resbalando por ese canal, explorando las profundidades de tu escote, sobresaltando tu ombligo y deslizándose, cada vez más menguada, hacia el barranco ardiente en el que se fundirá, entre el oscuro oleaje de tus humedades secretas.

Horas tristes (fin)
Se acabó la diversión, sin tiempos felices. Los unos respiraron aliviados, los otros suspiraron nostálgicos. Cuando apagaron las luces, rodaron lágrimas por el anillo en un círculo infinito y vicioso.

5 comentarios:

  1. Uala Eva! Desconozco el asunto esre de las microjustas pero te doy la enhorabuena por tu trabajo. Imaginación y buenas letras escel binomio ganador. Enhorabuena.
    Besicos

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    1. Hola Izaskun, bueno, pues es un entretenimiento más, ja,ja,ja, Gracias guapa, Un beso.

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  2. Qué bueno poder disfrutarlos todos juntos Chipimandra. No sabes como me gustó compartir hostialidades en la final. En mi caso, también es el torneo de las Justas en que más disfruto. No seáis muy malas para las siguientes... Qué demonios, sed muy malas, je je (pero no empecéis mañana, que llevo una resaca...).

    Un besazo enorme.

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    1. Chipimandra...vaaale, tú puedes llamarme así (suena mejor que Salachuski,ja,ja) A mi si que me gustó, pero no me gustó que no ganaras. Yo no sé cómo va esto de ponerse de acuerdo, pero habrá que descansar ¿no? las XV para el 2015, ¿el 15 de enero o así? jajaja.
      En fin, vaya relevo me cediste guapetón. Un besazo y espero qu eno ye parezca mal que haya reproducido tus micros en el post de la afinal ;)

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    2. Vaaale, no volverá a ocurrir, je je. );-P
      Para el año que viene me parece bien, je je, que hay que descansar un poco la neurona, sobre todo la sortijera. A mí si me gustó que ganaras tú, te lo merecías, tanto por la finalísima que te marcaste, como me hiciste sudar, como por toda tu trayectoria en las justas.
      Qué me va a parecer mal, para mis relatitos, pobres, es un honor figurar junto a los tuyos en esta hermosa charca. Y así me ahorro de ponerlos yo, je je, lo enlazo a tu entrada y punto, que además lo explicas mucho mejor, je je.

      Un besazo guapa.

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