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lunes, 29 de julio de 2019

Kintsugi



Más allá del ventanal, una lluvia de poliedros rasga la realidad mientras la noche absorbe la luz de las ilusiones.
Intento contorsionar la mente para mantener la charla. Duele el papel, duele interpretarlo, duele el sinsentido de la necesidad. Gritan las cicatrices: las visibles, que atraviesan mi pecho y descienden como una medusa, y las otras, las oscuras que, cerrando en falso mi abdomen, suturaron mi feminidad.
Aunque esperado, no deja de paralizarme ese brillo peligroso en su mirada que suplica reventar botones y cremalleras. Ése hambre de piel que comparto, esa sed de caricias mutuas. Y tiemblo.
No sé qué eufemismo utilizar, qué cruda verdad escoger.  La inseguridad  estrangula mi garganta como una  gelatina espesa. Me atrinchero en el abrigo. Invento excusas para huir.
Se sorprende. Se entristece. Yo también.  
Como último recurso, atrapa mi índice para guiarlo suavemente por los desconocidos queloides de su muñeca. No puedo evitar restañarlos con besos de sal.
Se derrite el miedo, se esfuman tabúes. Se deslizan nuestras prendas al suelo. Apago los ojos y permito que  dibuje dragones dorados sobre las grietas rosas de mi cuerpo roto.
A través del cristal de mis lágrimas de alivio, estallan las aristas de los poliedros.




Relato presentado a la quinta convocatoria de Esta Noche te Cuento 2019, inspirada en el color rosa (https://estanochetecuento.com/kintsugi/


martes, 9 de julio de 2019

Final anual de Relatos en cadena

Ayer 8 de julio, tuve la suerte de poder vivir en directo la experiencia de una final anual de relatos en Cadena con el relato seleccionado en la final mensual de Septiembre de 2018, Ecos. 
El premio gordo se lo llevó el relato de María Gil y el segundo y tercer puesto fueron para Nuria Rozas y Susana Revuelta, pero personalmente creo que todos ganamos un bonito premio compartiendo la jornada. Aquí está el resumen y el video del  evento