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viernes, 23 de febrero de 2024

Amanece metrópolis

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Paraísos 

  Esa mañana, tras la noche interminable en la que el  mar quiso tragarse la tierra, una muchedumbre curiosa atestaba la playa donde miles y miles de estrellas agonizaban asfixiadas por el aire y el sol, arrancadas del lecho marino, golpeadas por rocas y olas, expuestas sin remedio en una trágica alfombra, como un  cielo macabro desplomado o el cuadro de un dios caprichoso empeñado en volver el mundo del revés.

  Enanas, gigantes, marrones y rojas: incluso destinadas a pudrirse entre nubes de moscas, eran hermosas. O eso pensó Manuel, que entonces era un niño de alma maleable e imaginación efervescente. Al morir la abuela Leonor, todos insistieron en que había ido al cielo; pero afirmaron exactamente lo mismo de su padre cuando el pesquero en el que faenaba fue engullido por la galerna. Aquello desdibujó para siempre el horizonte en su cerebro tierno y comenzó a confundir buzos con astronautas, el azul índigo del cielo con el cobalto del océano y el frío gélido del abismo con el glacial del universo.

  Por eso, setenta años después, cuando su Mariola se cansó de respirar, encontraron la cachava de Manuel clavada en la orilla y unas huellas dirigiéndose hacia lo más profundo.

                                                                                                           

                                                                                                                                       (A M.M.M.)

https://amanecemetropolis.net/paraisos/ 


viernes, 16 de febrero de 2024

La rúbrica

 

Una araña minúscula urdió un encaje cristalino en el espacio que separaba sus rostros. Una hiedra rojiza
comenzó a tatuar sus piernas desde el suelo. Un musgo verdiamarillo cubrió sus hombros y sus cabezas. Una colonia de hormigas conquistó el cuerpo de él y un petirrojo anidó en el cabello de ella. El tiempo se volvió pétreo; la luz, líquida, y una fina bruma los envolvió, sin apenas rozarles, humedeciendo sus córneas privadas de parpadeo.

Entre ambos, languidecía una pluma sobre el documento que cortaría para siempre la cadena que amarraba sus vidas.

 

 

 

 

 Relato presentado a la segunda convocatoria de Esta Noche te Cuento 2024, inspirado en el concepto Mamihlapinatapai  ( https://estanochetecuento.com/04-la-rubrica/ )