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viernes, 1 de marzo de 2019

¿Te quiero verde?


   Quien de verde se viste por guapo se tiene, sentenciaba mamá desdeñando mi incipiente vanidad. Pero a mí me chiflaban los ositos de goma de sabor desconocido, el terciopelo de los geranios,  el musgo, la rana de los teleñecos, la hierba del parque, los ojos de Miguelito… El día que escuché la palabra glauco me derretí escribiéndole un poema que jamás leyó.
   La primera vez que el marido de doña Lola me transformó en modelo susurrándome guapa había cumplido trece. Después algunos piropos se volvieron incomprensibles para mí, pero  el orgullo herido en la escuela, donde solo era gafas y acné, me empujaba a hacerme la encontradiza con él. Entonces dejó de conformarse con palabras y exigió compartir mis chicles de clorofila y explorar bajo mis faldas de menta.
   Empecé a  vestir de negro para no parecerle guapa, ni ser presumida, o que su mujer  tuviera que llamar a la guardia civil.
   Pero la tarde que el ascensor se detuvo entre dos pisos y su aliento aceitunado de botella añeja se aceleró sobre mi cuello, decidí que esos verdes tan oscuros no me gustaban. Las primaveras brillantes que aún me correspondían me animaron a darle una patada en la entrepierna.



Relato presentado a la segunda convocatoria de Esta Noche te Cuento 2019, inspirada en el color verde (https://estanochetecuento.com/te-quiero-verde/)