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lunes, 20 de abril de 2015

Despojos



Tentación en cadena
La intención de seguir siendo sólo amigos era ya una lejana letanía, borrada por el vendaval de besos y caricias al que, por fin, se entregaron. El deseo, tantos años reprimido y estrangulado, estalló con más ímpetu del que esperaban, dejándolos obnubilados, perplejos y patidifusos. Fue entonces cuando el granero empezó a echar chispas por los cuatro costados, los caballos se espantaron y Don Celestino, desde el campanario, se santiguó al verlo, intuyendo que el pecado había sido muy gordo y no tendría más remedio que flagelarse cuando los implicados acudieran indefectiblemente a él para acallar sus conciencias, torturándole con  ardientes y húmedas confesiones.
Contranatura
La intención de seguir siendo sólo amigos no era más que la excusa perfecta para alimentar el deseo mutuo. Todo el mundo parecía saberlo excepto ellos, que se vanagloriaban y presumían de su amistad verdadera y pura. Hasta que llegó una exuberante primavera,  y una tarde en el parque, entre zumbidos de abejas, pétalos de flores y aromas intensos, sin poder refrenar ni un minuto más sus instintos entraron en ignición espontánea. Sus cenizas marcaron desde entonces un lugar de peregrinación ineludible para los adictos a luchar contra sí mismos.
El carpintero
La intención de seguir siendo sólo amigos se resquebrajó cuando María se quedó embarazada de una paloma. José no terminaba de creérselo, pero la apoyó, se casó con ella y empezó a construir una cuna. Cuando se corrió la voz, su existencia se convirtió en un infierno; periodistas y paparazzi a todas horas y continuas ofertas para vender la exclusiva del nacimiento que él, por principios, rechazaba sistemáticamente. Pero cuando la niña por fin llegó al mundo, con aquellas tiernas alitas, todo se fue al garete: a nadie le interesó la historia y María le abandonó, clavándole para siempre la espina de su falta de tablas.

Espejismos
La intención de seguir siendo sólo amigos, la convicción de que jamás volverían a entregarse al desenfreno y la pasión, la certeza de que, a pesar de todo ello, seguirían deseándose y el firme propósito de enmendar sus descarriladas almas pecadoras, acabaron con ellos. Asesinada la libertad de sus espíritus, sus cuerpos acabaron desangrados por el flagelo mutuo, desnudos y abrazados en la soledad de la sacristía.

Decencia
La intención de seguir siendo sólo amigos rubricaba todas sus cartas, a pesar de que éstas eran cada vez más atrevidas, ardientes y descaradas. Ella fingía que le creía y contestaba respetuosa, siguiendo todas las normas de urbanidad y decoro. Pero después de echar el sobre al buzón, volvía a casa temblorosa para beber con avidez la tinta de sus palabras y entregarse a él de buena gana, refugiada en la intimidad de su cuarto y de su imaginación.

La luz
La intención de seguir siendo sólo amigos lapidó todas sus expectativas. Aun así, se dejó llevar por la coreografía a la que le desterró su determinación, fingiendo que no la amaba, que la ayudaba con las tareas por compañerismo, que le llevaba la mochila por caballerosidad, que por camaradería la acompañaba hasta su casa. Pero un día, en medio de esa parodia, ella le besó, como si tal cosa, derribando sus defensas, derritiendo su máscara y haciéndole comprender que, en realidad, no había fingido tanto.
Mi mundo contigo
La intención de seguir siendo sólo amigos es la hoja de ruta oficial: besos castos, gestos contenidos, gafas de sol para no abrasarte con la mirada, palabras neutras. Pero aquí dentro, donde el latido se acelera y la imaginación mueve la batuta, jamás lo serás.
Por eso hoy, cuando he sentido un titubeo en tu abrazo formal, he sonreído. Ahora tengo la certeza de que yo también habito dentro de ti.




Relatos presentados a la semana 26 de la VIII Edición de Relatos en Cadena.  (http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/ )







lunes, 13 de abril de 2015

Despojos

Aunque siga acumulando despojos, feliz porque mis Alquimias desalmadas se hayan colado en la primera ronda de este año en el blog de Esta noche te cuento.




Cambio de táctica
Procuraba no perder sujetándole las nalgas, pero siempre acababa ganándose un bofetón. Aquel día, sin embargo, sintió que la carne prohibida se dejaba amasar por sus manos, que se pegaba a su cuerpo insolente, que le exigía, hambrienta, lo que siempre había soñado darle. Se quedó paralizado por la sorpresa y no supo reaccionar. Desde entonces dejó de ser ariete y se convirtió en defensa central.

Delfinario
Procuraba no perder sujetándole las nalgas con las aletas y lanzándolo a la canasta con el impulso adecuado. Sin embargo, la pirueta no siempre salía bien y el entrenador acababa colgado de las barras. Era entonces cuando bajaba como una fiera y se enfadaba tanto que, si no había público, en vez de peces le daba patadas y mamporros en el hocico, elevando su tono de voz hasta un registro insoportable. Aquella tarde, delante de todo el mundo, decidió lanzarle con toda su fuerza por encima de la grada, en un intento desesperado de perderle de vista para siempre.


Carreras a tres patas
Procuraba no perder sujetándole las nalgas y empujándole con disimulo, pero era difícil que no trastabillara con el bastón. A menudo ganaba Miguelito, cuyo abuelo había sido camarero en París y conservaba la habilidad de discurrir con soltura entre las mesas. Entonces, yo tenía que sentar al mío con el de Pablo en el banco bajo el castaño, y esa tarde Doña Manuela jugaba a que tenía un novio francés. Pero cuando, tras nuestro partido, los recogíamos para ir a cenar, estaban todos en el césped riendo entre las margaritas, juntos y revueltos, como si hubieran olvidado las más elementales normas del cortejo a la antigua.




Relatos presentados a la semana 25 de la VIII Edición de Relatos en Cadena.  (http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/ )

sábado, 4 de abril de 2015

El buhonero



    Cada año, por la feria de San Quintín, aparecía Mr. Pill con su chistera y su cañón mágico. Todo el pueblo esperaba expectante el momento en el que,  subido a su carromato, lanzaba su elocuente discurso sobre las verdades del mundo, porque, después, venía lo mejor: de la oscura boca de su antigualla brotaban tesoros inesperados: caramelos, palomas, peladillas… incluso una vez,  monedas para todos. Después, invariablemente, guiñaba un ojo a Miranda, la hija del campanero, saludaba y se marchaba por donde había venido, sin que nadie supiera quién era en realidad ni recordara cuándo llegó por primera vez. Solo presentíamos que, a fuerza de desear sus regalos,  sus palabras calaban en nuestros corazones  haciéndonos mejores.
  Aquel otoño adivinamos que algo sucedía en cuanto apareció; los vivos colores de su carreta estaban desteñidos, su chistera ajada y torcida. Con voz quebrada, nos desoló hablándonos del amor y el desamor. Después, contra su costumbre, se dirigió a Miranda y la besó en los labios. Boquiabiertos, le vimos introducirse en su cañón y salir disparado hacia el cielo dejando un rastro de pétalos con perfume a resignación.
  Esa misma tarde, ella aceptó casarse con Matías. Pero ya de noche, murió de desilusión.


 Relato presentado a la segunda propuesta del 2015 a ENTC, tema cañones, como homenaje al II centenario de la Batalla de Waterloo (http://estanochetecuento.com/el-buhonero/ )