
El camino (Tortuga)
Iba despacio
y vivió muchos años porque absorbía, saboreándolas con fruición, la energía y
la belleza de todo cuanto la rodeaba. Otros volaban a su lado alcanzando
objetivos efímeros, peleándose con el tiempo, estrellándose contra los
obstáculos.
Pero ella
solo alcanzó la meta cuando murió.
Todos
los santos (murió)
Son buena
gente, aunque me molesta un poco que se me lleven el ojo de cristal para
contactar con sus parientes vivos.
No soportaba
ir de pesca: los gusanos se retorcían al pincharlos en el anzuelo y los peces
seguían moviéndose una vez fuera del agua. Cuando ahogaba las arcadas, su padre
le miraba con desprecio: decidió que a él también lo prefería muerto el día que
se cayó del muelle.
Muelle de San Blas (muelle)
Acude todas
las tardes. Negro cuervo para unos, cisne negro. Siempre sobre las seis, justo
antes de que regresen las barcazas. Si está segura de que nadie la observa,
retira brevemente su pañuelo, con un mohín coqueto, y me regala un guiño de su
ojo amarillo.
Supo que
sería su medio limón cuando para su primera cita, aquel día de lluvia, escogió
como indumentaria un horrendo impermeable de color mala suerte.
Ahora abría
la nevera y no veía el fondo.
Y lo mismo con el armario de la ropa, con el garaje, con el rinconcito para por si acaso, con la educación de los pequeños, con las escapaditas románticas, con sus anhelos satisfechos, con el cajón de los ansiolíticos.
Y lo mismo con el armario de la ropa, con el garaje, con el rinconcito para por si acaso, con la educación de los pequeños, con las escapaditas románticas, con sus anhelos satisfechos, con el cajón de los ansiolíticos.
Fue un verdadero placer, Miguel, cruzar anillos contigo.
Para mí sí que fue un placer sucumbir ante tus anfibias letras Salamandra. Si alguien me tenía que dar Colorín Colorado, quién mejor, je je. Qué bien me lo pasé, cómo me hiciste sudar, qué rapidez de escritura, maldita sea. Para el último me tenías ya bloqueado, tanto, que tuve que encajar un trozo del despojo que había estado pertrechando esa misma tarde... y suerte, je je.
ResponderEliminarCuando quieras repetimos, a las próximas no, pero a las siguientes...
Un besazo amiga.
Anda, anda, que no sudaste tanto, con lo ingeni-oso que eres tú ¿o sudando decidiste que no querías toga? menuda me la has liao...:P. Mejor quedamos en algún café concierto donde toquen los 422 esos y nos tomamos una birrita ¿que no? Otro besazo, querido.
ResponderEliminarya os voy conociendo a todos. A la próxima intentaré afilar más las garras, ahora que ya sé cómo funciona el asunto. Enhorabuena, los micros merecían esa final, final.
ResponderEliminarHola Elena. Gracias por tu visita a mi humilde rincón. Por alguna razón, sabía yo que tras ese halcón de mirar revirado andabas tú. Gracias también por tus palabras. Espero verte con otro plumaje en breve. Un saludo.
EliminarPues yo todavía no me he enterado de la mecánica, pero en fin, estaré pendiente para la próxima. Parece divertido,
ResponderEliminarHola Luis, es divertido. Pásate por la página de ociozero y echa un vistazo, son tres torneos diferentes y d elo que se trata es de escribir y escribir. Te esperamos ;)
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