

Por las noches, le miraba mientras dormía, preguntándome si aquel retoño que nos agotaba las energías, que había convertido nuestro hogar en un nido de cuco, en realidad no sería hijo del demonio. Mi instinto de supervivencia contradecía al paternal; mi cabeza sugería delirantes locuras que el corazón era incapaz de ejecutar.
Hoy, con el cadáver de mi esposa en los brazos y al ver volar cenizas y pavesas sobre mi casa, comprendo que puse las razones equivocadas en la balanza y que, de algún modo, estuvo en mi mano haber evitado el desastre.
Relato presentado el mes de Octubre a ENTC (Tema; en aquella película de los 70...)
http://estanochetecuento.com/sobre-leche-derramada-eva-garcia/
Qué inquietante visión del Nido del Cuco, Eva. Mucha suerte, guapetona
ResponderEliminarUn besico
En realidad deversión tiene poco, ja,aj.Gracias por tu visita por este mi lar. Un besotazo.
EliminarSuerte, Eva, y felicidades. Noto una fluidez que me encanta. Supongo que lo habrás escrito de un tirón. Me gusta "se le torció la adolescencia..."
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