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sábado, 18 de abril de 2020

Retales de vida


  Unir otro capítulo a aquella colcha interminable y abigarrada solía serenarme. Ahora vendían cuadrados ya cortados, especiales para patchwork, pero yo solo utilizaba telas que habían acompañado mi existencia, aunque fueran dispares y no conjuntaran.
  Me aliviaba pensar que era el mismo hilo el que cosía un trozo de mi primer vaquero, tan deseado, o del pareo malva, la falda de flores y la camiseta naranja junto a retazos del uniforme gris, frío en invierno, insoportable en verano, que reprimió mi fantasía más allá de la adolescencia.
  El algodón gastado del vestido blanco que llevaba cuando te conocí hacía frontera con la seda azul de la camisa que te pusiste el día de nuestra boda.
  Había pedazos de pana del pantalón de mi padre y paño del abrigo verde de mi madre, siempre guapa y perfecta. Después mi traje negro. Mi gabardina negra. Mi falda negra. Mis blusas negras. Mi poncho marrón.
   Cambié de bobina para añadir los recortes que acababa de hacer: el cuero de tu cazadora favorita, gamuza de los guantes que olían a perfume y lino del pañuelo manchado de carmín.
    Satisfecha, despedacé también la franela de mi pijama y me puse un picardías rojo de satén.


Relato presentado a la tercera convocatoria de Esta Noche te Cuento 2020, inspirada en el vestido y la moda (https://estanochetecuento.com/6-retales-de-vida/ )

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