
Llegaste envuelta en la chaqueta del vecino que te rescató
de aquel útero de plástico atado con cinta aislante. Tu condena y renacimiento
fueron nuestra salvación. La abuela dejó de romper palabras, papá dulcificó sus
gestos y a mamá la inundabas del cariño que yo no sé expresar. Pero fue a mí al
que entregaste tu adoración. A mí, que no sé salir a ese mundo en el que viven
los demás. A mí, al que todos miran con lástima.
Era Nochevieja. Las bombas incomprensibles te asustaron. Corriste.
Manchaste un coche blanco con tu sangre.
Contigo desapareció el hilo que me comunicaba con el mundo.
Y encima te culpan de mi crisis.
Relato presentado al primer bimestre de 2017, dedicado a los perros y gatos, en el blog Esta Noche Te Cuento http://estanochetecuento.com/10-carta-a-jana/
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