Le deseé que
tuviera un buen turno y él sonrió sorprendido, desnudándome, como siempre, con
su mirada lasciva. Yo sabía que Rodolfo iba a darle guerra: había pasado la
tarde cortejando a doña Paquita y esta parecía receptiva. No podíamos permitir
esas relaciones; las directrices del programa al que estábamos acogidos eran
claras en ese sentido. Sin embargo, yo no me había atrevido a separarlos… ni lo
había hecho constar en el parte de incidencias.
Al día siguiente, el
cuerpo de Gómez flotaba en el foso mientras su cabeza se mecía en el columpio neumático, al compás
de las embestidas del espalda plateada contra la joven gorila.
Relato presentado la semana 22 temporada 2013-2014 al concurso Relatos en Cadena de la cadena SER (http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/)
Pues eso, que muy buena venganza. Me gusta la escena del cuerpo y la cabeza en el columpio. Y como doña Paquita me la has regalado, no te digo más.
ResponderEliminarUn beso de fresa
Pues a ver qué haces con doña Paquita, que seguro que algo bueno y bonito se te ocurre. Un beso de chocolate (es lo mío ;o) )
EliminarTambién a mí me ha gustado esta historia de amor entre gorilas, lo demás, daños colaterales.
ResponderEliminarUn beso.
Daños colaterales, eso, eso. Tu frase era inspiradora, Juancho. Gracias y un beso.
EliminarQué bueno, Eva. Qué monos somos o cómo humanizan esos animales
ResponderEliminarHola Raquel, algunos no se dejan humanizar y después pasa lo que pasa. Un besote.
EliminarAy Salamandra se te salen los bichos por las costuras, je je. Me gusta esa justicia animal, ellos lo tienen más claro, je je.
ResponderEliminarAbrazo de oso.
Pues tendré que ponerme parches, osito. Creo que a ese espalda de plata tampoco le gustó cómo miraba Gómez a doña Paquita ;o) Beso de anfibio.
EliminarMe has llevado por el despiste hasta el final. Lo que han unido dos monos, que no lo separe un hombre. Gracias por compartir y suerte para la semana que viene :)
ResponderEliminar¿Te he engañado? ¡qué bueno! Aún no he oido lo de esta tarde, ni tu micro, pero sí que no te has llevado el gato al agua,Ánimo, otra vez será, seguro. Gracias a ti por pasar por aquí y que la suerte te acompañe. Un beso.
EliminarA menudo el cumplimiento del deber, conlleva grandes riesgos. Me admira las situaciones que se te ocurren,
ResponderEliminarBesos
No es para tanto. Tú sabes cómo me funciona la cabeza ;o) Besos.
EliminarVaya par de gorilas más fogosos nos presentas jaja y rencorosos. Suerte para la próxima.
ResponderEliminarQuizá solo deseaban qe les dejaran en paz, Lorenzo. Que la suerte nos acompañe. Un beso.
EliminarHola, Eva.
ResponderEliminarBien, me encanta cuando una historia me sorprende y esta lo ha hecho... Eran gorilas, jajaja.
Muchísima suerte para la próxima vez, rebonita.
Un besote.
¿Y qué pensaste que eran Towanda?, ja,ja,ja. A mi me ha gustado tu venganza rusa también. Besazo.
EliminarHola Eva, jo, esa imagen del último párrafo es demoledora, me ha pillado por sorpresa la verdad. Me ha gustado, sí, sí.
ResponderEliminarSuerte la próxima!
;)
¡Gracias Pulga! Ese día me debí levantar morbosa, ja,ja. Que la suerte también sea contigo ;o)
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