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viernes, 21 de diciembre de 2018

Amanece Metrópolis


Contratiempo

No quiero sentir, pero siento, un miedo atroz a la naturaleza inmisericorde del tiempo, al pasar de los segundos, a la pudrición de los instantes, a la inaccesibilidad de cualquier otro momento que no sea el ahora.
No quiero sentir, pero siento, la tiranía de su dimensión en la vida, en este mundo, su hilo conductor entretejido  sin piedad en la existencia. 
Foto: Juan Morán
Contemplo desde mi ventana un amanecer tras otro, evitando mirar las noches, en la búsqueda de la inmortalidad de los días. Sin mirarme al espejo, sin atarme a nada ni nadie que desaparezca de mi lado, con la estúpida ilusión de capturar todas las estaciones en un paréntesis eterno.
Inmóvil. Porque no hay más remedio. Porque sólo así es posible imaginar que el tiempo no pasa. Absurda, como un mosquito que sobrevuela el océano o el desierto. Silenciosa por fuera, atronadora por dentro. Vacía y sin sentido en mi rebelión contra el ser. Entregada al estar.
No quiero sentir, pero lo hago.
Y duele.
Aunque  los médicos afirmen que mis nervios están muertos.



2 comentarios:

  1. Menudo final Eva!! Me ha sobrecogido hoy tu relato y me parece expléndido!!
    <muchas felicidades.
    Besicos muchos.

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