Tengo miedo. Apenas le reconozco.
Primero fueron los corazones y sesos de la casquería: le traía de vaca,
de cerdo, de cordero, de caballo… Había montado un alambique y requisado
todos los tarros vacíos que yo tenía en la despensa para envasar
mermeladas. Creo que no logró destilar nada interesante, porque su
frustración flotaba en el comedor como una nube negra, que solo se
disipó cuando comenzaron sus charlas con el párroco y las visitas a la
biblioteca. Un día llegó exultante: dijo que ya no necesitaba más
despojos de animales.
Pero entonces vino lo peor: compró una enorme balanza de precisión,
salía solo hasta bien entrada la noche y empezaron a desaparecer los
indigentes del barrio. Esta vez la oscuridad se extendió por casi toda
la casa; por lo visto la culpa la tenían 21 gramos de diferencia y un
tal MacDougall.
Desde que frecuenta ese templo zen, el aire ha recuperado su
transparencia. Parece que ahora se ha empeñado en que el alma está
metida en la mirada, no sabe con certeza si anclada a la retina o
disuelta en el humor vítreo. O al menos eso murmura mientras afila una
legra y observa sonriente mis pupilas dilatadas.
Relato presentado a la primera propuesta del 2015 a ENTC, por el 5º centenario del nacimiento de Santa Teresa, incluyendo una de sus frases http://estanochetecuento.com/57-alquimias-desalmadas-eva-garcia/
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martes, 17 de febrero de 2015
lunes, 16 de febrero de 2015
Despojos

Se dirige a la jaula de los leones para demostrarle cuánto
se equivoca, pero cuando la abre, se percata de que Jimmy tenía razón: los
leones se han transformado en dos adorables gatitos que ronronean de placer al
verla.
—¡Te lo dije! ―chilla él triunfante, haciendo una cabriola—. El algodón de azúcar y
los bombones no son alimentos adecuados para estos bichos. Ahora vete a ver en
qué se ha convertido el elefante de tanto darle gominolas.
Ella, por no decirle a lo que se parece él de tanto comer
cacahuetes y plátanos, se da la vuelta muy digna mordiéndose la lengua.
Captación de fondos
Se dirige a la jaula de los leones para demostrarle cuánto
se equivoca y arroja dentro dos lechugas. Las fieras le observan extrañadas y
se acercan a olisquearlas. Uno de ellos ruge llamando a los conejos del mago,
que aparecen dando saltitos de alegría y comienzan a comer bajo la
condescendiente mirada de los felinos. Cuando terminan, se convierten en
palomas que salen volando hacia ellos y se meten en la chistera que ha hecho sujetar a su amigo. ―Ahora
saca lo que hay dentro y no vuelvas
a poner en duda la rentabilidad de invertir en hortalizas —sentencia triunfante,
mientras el otro contempla atónito los dos billetes de cien que han aparecido.
Relato presentado a la Semana 19 de la VIII Edición de Relatos en Cadena . (http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/ )
lunes, 9 de febrero de 2015
Despojo
Encrucijada
Le faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar
la barra del trapecio, pero quiere ser como sus hermanos: también desea volar
bajo la carpa, vestirse de colores, saborear el éxito y bañarse en aplausos.
Por eso, cada mañana, se cuelga del techo del carromato con una piedra atada a
los pies mientras su madre, que no pierde la esperanza, le lee con paciencia
los inextricables párrafos de sus libros de medicina.
Relato presentado a la Semana 18 de la VIII Edición de Relatos en Cadena . (http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/ )
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