
Pero cuando el velo de
nubes que cubría la enorme luna roja se despejó, se percataron de que tan solo
se trataba de un hermosísimo unicornio plateado. Fue entonces cuando Don Álvaro
se rascó la cabeza y preguntó receloso al guía:
―¿Tú estás seguro de que nos encontramos en esa tierra inhóspita y cruel, que han dado en llamar el Infierno de las Almas?
Y el guía, consultando las estrellas, tartamudeó confuso:
―Mi señor, quizá haya errado un poquito en mis cálculos y estemos explorando la que llaman Paraíso…otra vez.
―¿Tú estás seguro de que nos encontramos en esa tierra inhóspita y cruel, que han dado en llamar el Infierno de las Almas?
Y el guía, consultando las estrellas, tartamudeó confuso:
―Mi señor, quizá haya errado un poquito en mis cálculos y estemos explorando la que llaman Paraíso…otra vez.
Mi contribución a la primera frase de la propuesta veraniega de Izaskun Albéniz: Microrrelatos del azar (http://misfiliasyfobias.blogspot.com.es/2014/06/microrrelatos-del-azar-comenzamos-frase.html)
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