Todas las noches voy a verla trabajar, y cada noche está más
maravillosa; esta noche está enorme, llena, dorada, dominando el cielo con su
esplendor.
Es extraño, porque el calendario pronosticaba que estuviera
creciente; pero dice mi abuelo que a veces los ciclos se trastocan, sobre todo
cuando nacen demasiados corderos en el mundo. Entonces ella, para compensar,
reúne a los lobos que, agradecidos, le dedican un canto de aullidos.
Yo pienso que la luna es presumida y cree que las ovejas se
pueden convertir en nubes como las que a veces ocultan su brillo.
El abuelo dice que su luz convierte la oscuridad en sombras
perversas.
“Antes de salir adopto la apariencia de Frascuelo Segundo.
Si lo que quieren es marcha, la tendrán”, piensa el genio al presentir que
aquellos dos no van a poder resistir la tentación de frotar la lámpara y viendo
el dibujo de sus camisetas. Conjura una montera a la medida que quepa por el
orificio, se ajusta la taleguilla y se dispone a salir disparado haciendo una
chicuelina. Cuando la chancla machaca repetidamente y con saña su traje de
luces se siente incapaz de recitar aquello de los tres deseos y vuelve raudo a
su escondite. Perplejo, se pregunta qué será eso de PACMA que aparece escrito
junto al astado.
Recursos

Frase 4: Aquí mismo :)
En el local se había hecho un repentino silencio a causa de
que el robot se había detenido: esta vez se había enredado con la alfombra del
mostrador. María suspiró aliviada. No soportaba a aquel engendro que su marido
había insistido incorporar a las labores domésticas para suplir su parte: era
aleatorio, era lento y tenía que andar
detrás suyo repasando esquinas, pendiente de si se atascaba y rescatándole de
apuros. Y encima debía esperar a que terminara para poder fregar todo el suelo
como él exigía. Una vez más se preguntó
cuándo inventarían un robot que sustituyera definitivamente a los maridos
caraduras.