Contraluces
Anochece en la cuna del requiebro. Una vieja gloria del rock que bebe Mirinda, cuatro influencers estúpidos poniendo morritos, un suicida impregnándose de luz camino del viaducto y una pareja con el amor triste y caducado despiden al sol desde el Templo de Debod.
Manuel, de espaldas al espectáculo naranja, trata de capturar sus esencias decrépitas con la antigua réflex. Esa por la que vendió su alma en un oscuro callejón de Asuán convencido de sus poderes arcanos. El domingo cambiará
las imágenes por unos gramos de evasión que acallen el gusano que le carcome: que
por su culpa ya no queden puestos coloridos en el Rastro desde que Lucía, la
gachí más linda de Curtidores, se
volviera transparente de tanto fotografiarla para atrapar su corazón.
https://amanecemetropolis.net/?p=61403