![]() |
Dibujo Paloma Casado |
Era mentira que de su pelo se desprendieran escamas de oro, que de sus
labios brotaran mieles y de su cuerpo una fragancia irresistible. No era
verdad que tuviera voz de ángel y todos la adoraran por su aura
multicolor.
Era caspa, eran babas, era pestilencia. Eran timbre chillón y gusto aberrante.
Los pájaros entonaban trinos a su paso; los gatos, coros de maullidos a
sus pies, y en las noches de verano, las luciérnagas flotaban a su
alrededor como si fuera la reina de las hadas.
Trucos baratos de vulgar embaucadora.
Yo no podía respirar si sentía sus ojos sobre mí, ni osé jamás aproximarme o dirigirle la palabra. Resistí.
Enroscado en mi razón, tratando inútilmente de abrir ojos ajenos a la
evidencia, me fui consumiendo. Me volví de color verde. Comencé a tragar
culebras, a roer cortezas, a respirar polvo rancio, a beber hiel, a
devorar gusanos. Hasta que por fin, por pura cabezonería, me transformé
en un ser sorprendente, como ella. Mucho más en realidad.
Pero no logré que nadie se derritiera por mí. Porque las malas lenguas,
impregnadas de envidia, se inventaron que las bellas mariposas grises
que me salían por el culo olían a mierda.
Relato presentado a la quinta convocatoria de Esta Noche te Cuento 2021, inspirada en la envidia y los celos (https://estanochetecuento.com/24-falacias/ )