
El coleccionista la captura con cuidado, disfrutando anticipadamente de las mil y una posibles historias que esconde, pensando en los diversos ángulos y las distintas miradas que seguramente provoque en los demás.
De la semana anterior sólo conserva el reflejo de una bruja venenosa que recitaba conjuros en sueños, exhalaba un aroma a poción de eterna juventud y tenía un halo mágico fosforescente. Pero, por alguna razón que aún no comprende del todo, ha guardado esa estampa en una carpeta aparte y sabe que nunca la compartirá con el mundo ni la expondrá a imaginaciones ajenas.
Cuando finaliza el trayecto sonríe al vidrio vacío que, pese a su fría transparencia e impermeabilidad, no podrá evitar empaparse de nuevo de algún reflejo vivo que lo convierta, por un instante, en un objeto único, bello y especial. Y él espera estar allí, con su mirada precisa y sus pinzas invisibles, para extraerlo y que no se pierda irremediablemente.
Relato presentado a la septima convocatoria de Esta Noche te Cuento 2018, inspirada en la foto de Vivian Maier (http://estanochetecuento.com/33-serigrafias/)