Tentación en
cadena
La intención de seguir siendo sólo amigos era ya una lejana
letanía, borrada por el vendaval de besos y caricias al que, por fin, se
entregaron. El deseo, tantos años reprimido y estrangulado, estalló con más
ímpetu del que esperaban, dejándolos obnubilados, perplejos y patidifusos. Fue
entonces cuando el granero empezó a echar chispas por los cuatro costados, los
caballos se espantaron y Don Celestino, desde el campanario, se santiguó al
verlo, intuyendo que el pecado había sido muy gordo y no tendría más remedio
que flagelarse cuando los implicados acudieran indefectiblemente a él para
acallar sus conciencias, torturándole con
ardientes y húmedas confesiones.
La intención de seguir siendo sólo amigos no era más que la
excusa perfecta para alimentar el deseo mutuo. Todo el mundo parecía saberlo
excepto ellos, que se vanagloriaban y presumían de su amistad verdadera y pura.
Hasta que llegó una exuberante primavera,
y una tarde en el parque, entre zumbidos de abejas, pétalos de flores y
aromas intensos, sin poder refrenar ni un minuto más sus instintos entraron en
ignición espontánea. Sus cenizas marcaron desde entonces un lugar de peregrinación
ineludible para los adictos a luchar contra sí mismos.
El carpintero
La intención de seguir siendo sólo amigos se resquebrajó
cuando María se quedó embarazada de una paloma. José no terminaba de creérselo,
pero la apoyó, se casó con ella y empezó a construir una cuna. Cuando se corrió
la voz, su existencia se convirtió en un infierno; periodistas y paparazzi a
todas horas y continuas ofertas para vender la exclusiva del nacimiento que él,
por principios, rechazaba sistemáticamente. Pero cuando la niña por fin llegó
al mundo, con aquellas tiernas alitas, todo se fue al garete: a nadie le
interesó la historia y María le abandonó, clavándole para siempre la espina de
su falta de tablas.
Espejismos
La intención de seguir siendo sólo amigos, la convicción de
que jamás volverían a entregarse al desenfreno y la pasión, la certeza de que,
a pesar de todo ello, seguirían deseándose y el firme propósito de enmendar sus
descarriladas almas pecadoras, acabaron con ellos. Asesinada la libertad de sus
espíritus, sus cuerpos acabaron desangrados por el flagelo mutuo, desnudos y
abrazados en la soledad de la sacristía.
Decencia

La luz
La intención de seguir siendo sólo amigos lapidó todas sus
expectativas. Aun así, se dejó llevar por la coreografía a la que le desterró
su determinación, fingiendo que no la amaba, que la ayudaba con las tareas por
compañerismo, que le llevaba la mochila por caballerosidad, que por camaradería
la acompañaba hasta su casa. Pero un día, en medio de esa parodia, ella le
besó, como si tal cosa, derribando sus defensas, derritiendo su máscara y haciéndole
comprender que, en realidad, no había fingido tanto.
Mi mundo contigo
La intención de seguir siendo sólo amigos es la hoja de ruta
oficial: besos castos, gestos contenidos, gafas de sol para no abrasarte con la
mirada, palabras neutras. Pero aquí dentro, donde el latido se acelera y la
imaginación mueve la batuta, jamás lo serás.
Por eso hoy, cuando he sentido un titubeo en tu abrazo
formal, he sonreído. Ahora tengo la certeza de que yo también habito dentro de
ti.
Relatos presentados a la semana 26 de la VIII Edición de Relatos en Cadena. (http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/ )