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miércoles, 1 de enero de 2025

Descensos y ascensos

 


  Salía de casa a las seis de la mañana, y puedo asegurar que mi vida era mejor gracias a la claustrofobia. Sin ella no habría conocido a Don José, el del cuarto, que me esperaba en el rellano para invitarme a café y tostadas. Ni a Felipe, el ingeniero divorciado del tercero, que me proponía, antes de meterse al ascensor, algún plan para la tarde. Y qué decir de Margarita la del segundo, que preparaba dos fiambreras idénticas de comida, para su marido y para mí. Con Luisa, la del primero, desde que puso el felpudo de BIENVENIDO, estaba hasta las ocho. Abandonaba su piso recién duchado y con una sonrisa. Cuando llegaba al bajo salía Alfredo con los niños, que, de camino al cole,  me acercaba en coche al trabajo para que no tuviera que coger el metro abarrotado. Y menos mal que ocupaba un despacho en las amplias oficinas de la segunda planta: solo tenía que detenerme en la primera para asegurarme de que López no había intentado ganar terreno con algún agasajo al jefe más valioso que los míos y que Verónica, su secretaria, aparte de mantenerme informado, seguía estando  dispuesta a hacer cualquier cosa por mí.

 

 Relato presentado a la primera convocatoria de Esta Noche te Cuento 2025, inspirado en ESCALERAS ( https://estanochetecuento.com/descensos-y-ascensos/ )

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