Cuando por fin
pisé Cala Cerrada, me derretí en aquella arena que había barnizado de cuarzo
nuestros cuerpos la primera vez. Dejé escapar el grito que me ahogaba en un
inútil intento de que me escucharas: fue el preludio de la erupción de lágrimas
que había logrado contener hasta ese momento.
Vacía, te recordé:
hermoso, cálido, vital, profanando mi paz, alborotando mis sueños, sembrando
aquella adicción en mi alma. Te maldije: por el amor eterno que me habías
jurado, por intentar convertir mis huesos en espinas, mi piel en escamas, mi
voz en un canto inaudible, por haber decidido ser pez sin esperarme. Te
invoqué, tratando de imaginarte nadando hacia mí entre las posidonias de
aquella pradera oculta, salir del mar resplandeciente y envolverme en tu abrazo
de sal.
Nada de ello sirvió
para recuperarte, para que el Mediterráneo te escupiera hacia la playa, para
percibir alguna señal de que seguías existiendo más allá de las olas.
Aun así, mis pies,
tan terrenales, titubearon. A mis espaldas,
la cuesta de ascenso al mundo se me antojaba infinita. Frente a mí, el azul
profundo resultaba tentador.
Hoy, nereida
desorientada sobre las rocas, sigo
buscando tu voz en todas las caracolas.
Relato finalista en el IV concurso ELACT "Lola Moreno". Tema: amor en Cartagena. (http://encuentroliterario.wix.com/elact#!blog/c3s )