Hikikomori
Hoy, María ha desobedecido sus instrucciones y, mientras parloteaba sobre mohos oscuros y efluvios malignos, ha corrido las cortinas del cuarto y ha abierto las ventanas. El olor a primavera, la luz de abril, el sonido a vida y el calor dulce de un rayo de sol han invadido la estancia arrancándole una lágrima para la que ni él mismo estaba preparado. Durante noventa segundos se ha permitido saborearla en silencio, antes de vociferar que cerraran todo de nuevo.
Minuto y medio. Más que la última vez.
https://amanecemetropolis.net/?p=62962
Todo puede parecer poco o mucho, siempre dependerá de la perspectiva. En la tu relato, por ejemplo, esos noventa segundos parecen todo un avance.
ResponderEliminarUn saludo y feliz año.
Perdona Alfonso, la tardanza. Muchísimas gracias por pasarte por el blog a comentar. Y aunque ya estemos en el segundo mes, ¡Feliz año para ti también!
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