Y qué si, una vez al mes, cuando ya no
se sentía con fuerzas para volar, pedía que le remendaran las alas. Y
qué si por las noches gritaba porque el fuego seguía devorando sus
huesos descarnados. Y qué si inventaba escamas que revistieran las
piernas que abandonó en Bosnia y suplicaba que extermináramos los ácaros
que perforaban aquella frágil coraza.
Y qué.
Si las mañanas de sol resplandeciente nos regalaba su sonrisa, horneaba rosquillas, espantaba los fantasmas abriendo la ventana, tarareaba melodías de ilusión y nos dibujaba a todos, uno por uno, el trazo trémulo del valor en los corazones.
Y qué.
Si las mañanas de sol resplandeciente nos regalaba su sonrisa, horneaba rosquillas, espantaba los fantasmas abriendo la ventana, tarareaba melodías de ilusión y nos dibujaba a todos, uno por uno, el trazo trémulo del valor en los corazones.
Relato presentado a la tercera convocatoria de Esta Noche te Cuento 2018, inspirada en la foto de René Maltête (http://estanochetecuento.com/equilibrios/ )
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