Injerencias
―Van a ir a comprarse un vestido nuevo y un helado, y después quedarán
con Kent para hacer una fiesta de
cumpleaños a Nancy…
―¡No quiero! ―solloza ella ante los intentos maternos de desviar su
atención― ¡Quiero que se emborrachen, se
monten en el Jeep de los Geyperman , se estrellen y después tirarlas a la
papelera!
―Pero cariño…son tus Barbies nuevas, ¿por qué quieres hacerles eso?
―Porque son tontas, mamá ¿no lo ves? Se les seca el cerebro de no comer y
se creen guapas. Lo ha dicho la señorita Marta.
La madre elude la ocasión de darle explicaciones peliagudas: prefiere reclamar
a la profesora el importe de las muñecas.
Galán a la fuga
Van a ir a comprarse un vestido nuevo y un helado con el dinero que les
ha dado la portera en compensación, pero saben que ni siquiera así se les quitará
el disgusto. Y es que Doña Claudina no es capaz de diferenciar un ratón de un
conejo de Indias: ella administra escobazos por igual a todos los
roedores. Sin embargo, esta vez se ha
pasado con su ignorancia: Felipe no tiene la culpa de tener dientes de conejo e
ir vestido de gris, ni de ser chiquito y escuálido, ni de haberse atrevido por
fin, después de tanto pensárselo, a traspasar el portal con sendas rosas para
ellas.
Relatos presentados a la semana 12 de la IX Edición de Relatos en Cadena. (http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/ )
Eva, me gustan mucho los dos, pero me quedo con el primero. ¡Qué bonito escribes chica!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias guapa, vendido a la Sra Canovaca por muchos besicos!
EliminarPobre Felipe. Me ha encantado. Y también me ha recordado al Felipe de Mafalda. Muy buenas apuestas reguapa.
ResponderEliminarMil besos navideños
Oh, ese Felipe, sí. Llego tarde para la Navidad, per los besos te los doy igualmente. Gracias Izaskun.
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